CÓMICS Y PROPIEDAD INTELECTUAL. PARTE 6

Como ya hemos visto en entradas anteriores, los cómics se han convertido en un medio de comunicación y hasta una forma de arte. Sin embargo, los primeros años de la industria del cómic estadounidense eran, básicamente, rudimentaria. Por lo que las condiciones de trabajo de los creativos que participaban en la naciente industria no eran las más favorecedoras, y usualmente los autores cedían o vendían sus obras a cambio del pago de cantidades de dinero que llegaban a ser irrisorias.

Superman fue el personaje que marcó un antes y después en la joven industria, pero los autores Superman también han dejado huella en materia de derecho de autor en Estados Unidos. Y es que al convertirse el personaje que crearon se convirtió en todo un activo que generaba millones, quedando ellos fuera de todos los beneficios del personaje.

Por lo que Jerry Siegel y Joe Shuster demandaron a DC Comics solicitando que sean restituidos sus derechos de autor debido a que la empresa les pagó una irrisoria. Aunque el pleito no prosperó debido a que llegaron a un acuerdo, esto impulsó a otros creativos como Will Eisner, creador de The Spirit y a Bob Kane, uno de los creadores de Superman, negociar mejores condiciones para la publicación de sus obras.

En la década de los 60, en Estados Unidos, entró en vigencia una nueva ley de derecho de autor que otorgaba a los autores la facultad de recuperar los derechos sobre las obras que cedieron a las empresas editoriales. Jerry Siegel y Joe Shuster  demandaron a DC Comics solicitando que sus derechos les sean devueltos, pero perdieron el caso debido a que en el contrato que firmaron se estableció que los derechos de renovación y los actos a futuro sobre el personaje.

Por su parte, Joe Simon, cocreador de Capitán América, también buscó recuperar sus derechos sobre el personaje, por lo que demandó a Marvel. En este caso, las partes llegaron a un acuerdo que le puso fin al pleito. La razón por la que Simon aceptó el acuerdo fue que no contaba con los recursos económicos  para continuar con el pleito.

Debido a estos casos, pero especialmente por los autores de Superman, la norma de derecho de autor estadounidense volvió a cambiar para favorecer a los autores. Así que conozcamos las consecuencias de ese nuevo cambio:

 

LA NUEVA NORMA DE DERECHO DE AUTOR DE 1976 Y SU INFLUENCIA EN LA INDUSTRIA DE LOS CÓMICS

 

Para la década de los 70, las empresas de cómics (Marvel y DC) obligaban a los creativos que cedieran todos los derechos sobre sus creaciones para poder trabajar. De hecho, hasta a los propios freelancers los obligaba a renunciar a sus derechos, incluso teniendo que firmar el acuerdo para poder obtener un pago. Inclusive en Marvel las condiciones del contrato eran tales que muchos migraron a DC Comics.

En vista de esa situación en la industria editorial, el Congreso estadounidense legisló una nueva ley de derecho de autor o Copyright Act que entró en vigencia en 1976. El cambio que esta nueva norma implementó y que sin duda afectó a la industria del cómic fue que los derechos de la obra cedida serían devueltos automáticamente a los autores, sin embargo, esta disposición no aplicaría para trabajos hechos  bajo una relación laboral.

Es decir, esta disposición solo aplicaría a aquellas obras que fueron creadas sin que mediara una relación laboral de por medio. En este sentido, Marvel estableció en todos sus contratos que las obras realizadas eran producto de una relación laboral, siendo reconocido por los propios creativos. Esta disposición se hizo porque si no constaba en el contrato que la obra era producto de una relación laboral, entonces los autores podrían recuperar sus derechos.

Ahora bien, el nuevo contrato de Marvel generó muchas criticas, por lo que las empresas, es decir, Marvel y DC, hicieron revisiones en sus contratos, por lo que los nuevos contratos establecen que los propios creativos reconocen el carácter estatus del trabajo que enviaban a la empresa, siendo esta disposición la que aun se aplica en la actualidad.

 

LAS EDITORIALES DE CÓMICS INDEPENDIENTES

 

 

Con el surgimiento de las tiendas de cómics especializadas, comenzaron a surgir editoriales de cómics independientes, especializadas en  temas más adultos. Estas editoriales fueron un imán para muchos creativos, tanto aquellos que no tenían trabajo como aquellos descontentos con las condiciones de las grandes empresas. Por lo que estas nuevas editoriales otorgaban mejores condiciones de pago de regalías y no los hacia renunciar a sus derechos de autor.

Sin embargo, es preciso indicar que varias de estas nuevas editoriales no cumplieron con las expectativas creadas a los autores. Ahora bien, Marvel y DC, para retener el talento en sus empresas, las empresas crearon nuevas líneas más adultas, en las cuales le garantizó a los autores que conservarían sus derecho de autor.

Para finales de la década de los 80, Marvel y DC Cómics anunciaron sus intenciones de poner fin a la vieja práctica de apropiarse de los derechos de autor de los creativos, para  permitir que conserven que los creativos conserven los derechos de autor de los nuevos proyectos que publicarían.

 

 

También es importante destacar que las editoriales independientes elevaron al cómics como un arte, dándole promoción a los escritores e ilustradores, haciendo de ellos nombres famosos y buscados por los seguidores de las historietas.

De las editoriales independientes, la más destacada es Image Comics, fue fundada, a principios de la década de los 90 por un grupo de creativos que trabajaron en Marvel y DC Comics, entre ellos  Todd McFarlane, Rob Liefeld y Jim Lee. En este sentido, en Image Comics garantizaba a los creativos la autonomía  y la titularidad de sus derechos de autor.

El éxito de Image Comics fue prácticamente inmediato, ya que Youngblood de Rod Liefeld vendió 500 mil copias y Spawn de Todd McFarlane vendió más de 1 millón de copias. Con solo nueve cómics, la venta de los cómics de Image fue tal que se convirtió en la primera empresa de cómics independientes en alcanzar la parte del mercado de DC.

Sin embargo, Todd McFarlane se vio envuelto en la polémica cuando uno de los escritores de cómics más famosos de los últimos años  Neil Gaiman demandó a Todd McFarlane por los derechos de las obras  que creó para Spawn, finalmente, después de un largo pleito, Gaiman y McFarlane llegaron a un acuerdo que delimitó los derechos que cada uno tenía sobre las obras que hicieron en conjunto.

A pesar de este pleito, el método de trabajo de Image Comics difiere de Marvel y DC Comics, ya que publica las obras de los creativos debido a que tiene un política de “puertas abiertas”. En este sentido, la empresa se hace con una tarifa plana de las ganancias de los cómics y el resto es de lo generado por las cómics van a sus respectivos autores.

Esto contrasta con la forma de trabajar de las tradicionales empresas que buscaban a los creadores bien sea como empleados o como freelancers, pagándoles una cantidad a cambio de todos sus derechos de autor.

Sin duda las empresas independientes, gracias al respeto que le dio a los creadores de cómics al permitirles conservar la titularidad del derecho de autor,  han logrado darle a la industria del cómic un nuevo aire a la industria del cómic, ya que las historietas que han causado furor en las tres ultimas décadas como Spawn y The Walkind Dead.

Y es que Todd McFarlane y Robert Kirkman, los autores de Spawn y The Walking Dead, respectivamente, al tener los derechos de autor sobre sus obras, han podido expandir sus cómics, logrando hacer de ellos unas marcas en sus propios términos. Por lo tanto, ambos han controlado la expansión de sus historietas en sectores como los juguetes, videojuegos y las lucrativas adaptaciones cinematográficas, haciendo de McFarlane y Kirkman nombres reconocidos en la cultura pop y en hombres acaudalados.

Además, el hecho de que los creadores de cómics tengan el control de sus obras, sin ningún tipo de control ha beneficiado a la industria en varias maneras, desde el surgimiento de historias más frescas y profundas, pasando por el surgimiento de nuevos géneros y, obviamente, la expansión de la historieta o del personaje según la visión del autor o autores.

Para lograr todo este crecimiento, la industria del cómic ha necesitado de las normas de la propiedad intelectual, que para bien o para mal, ha contribuido a su expansión para ser una de las formas de entretenimientos más impactantes de los últimos años.

En consecuencia, la industria del cómic ya no puede ser vista como solo dibujos e ilustración, sino que hay que verla como un negocio que tiene ramificaciones en otros medios, desde el gamer hasta el cinematográfico, con todo el merchandising consecuente.

Por lo que es muy importante que los creadores de cómics conozcan la historia de Jerry Siegel y Joe Shuster en relación a las consecuencias que su obra y la publicación de la misma,  y que los personajes que lleguen a crear tienen el potencial del convertirse en una marca, con la consecuencias comerciales y legales que eso implica.

Sin duda un abogado especializado en propiedad intelectual puede ser un aliado importante para los creadores de cómics.

 

 

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