MARVEL COMICS: LA EDAD DORADA. PARTE 2

Nuestra Redaccion

hace 2 años

CONOCE LA EDAD DE ORO DE LOS COMICS DE MARVEL.

YA ES BIEN CONOCIDO QUE LA ÉPOCA DORADA DE LOS COMICS ES UN PERIODO DONDE LAS HISTORIETAS COMIENZAS A SOIBRESALIR COMO HERRAMIENTA DE ENTRETENIMIENTO Y ENTRE LAS HISTORIETAS EL TEMA DE LOS SUPERHÉROES FUE REALMENTE SUPERLATIVO. DENTRO DE LAS HISTORIAS DE LOS SUPERHÉROES SE EXALTABA EL PATRIOTISMO Y NACIONALISMO ESTADOUNIDENSE, EN LOS AÑOS QUE PERDURÓ LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. LA ÉPOCA DORADA DE LOS COMICS COMENZÓ EN 1938 Y SE MANTUVO HASTA FINALES DE LA DÉCADA DE LOS 40. LOS SUPERHÉROES MÁS IMPORTANTES PARA EL MOMENTO FUERON LOS VESTIDOS CON UN UNIFORME AZUL Y ROJO, ALUSIVOS A LOS COLORES DE LA BANDERA DE LOS ESTADOS UNIDOS.

Para esa momento la sociedad necesitaba una porción de ficción y fantasía, que les alimentara las esperanzas contra la amenaza Nazi que estaba invadiendo casi la totalidad de Europa. De hecho, muchas historietas de la época ponían a luchar al superhéroe contra el mismo Adolf Hitler.

Como podemos ver, la evolución de la industria editorial va de la mano con la evolución de la sociedad. Los gustos de las masas es algo que se estudia a profundidad. Incluso, hay quienes sostienen que los gustos y las tendencia de la sociedad en los distinto ámbitos de consumo, son creados en laboratorios. Esto es una discusión y un debate muchos más exhaustivo.

No obstante, lo que si está muy claro, es que los editores pudieron captar a cabalidad lo que querían ver las personas. Realmente, lo que hacían las historias de superhéroes era contar lo que la sociedad estadounidense quería ver, leer y creer: que iban a salir victoriosos en la guerra.

Uno de los antecedentes más inmediatos de la época de oro de los comics, con la creación de uno de los superhéroes más famosos de todos los tiempos, y que además continúa vigente. Los artistas Jerry Siegel y Joe Shuster, saltaron a la fama por la creación de Superman. Su éxito lo llevó a ser el emblema de la editorial Action Comics y posteriormente obtendría su propia serie.

Luego, la editorial Timely Comics, actualmente conocida como Marvel Comics, replicó con otro superhéroe que exaltaba el nacionalismo al máximo. Se trataba del Capitán América, el cual tuvo un gran éxito, casi similar al de Superman.

Desde esta época fue comenzó la gran rivalidad entre las predecesoras de Marvel y DC. Una contienda empresarial que hoy en día se mantiene y se ha extendido hasta el mundo de la televisión, el cine y el mercadeo en general.

Ya conocemos los antecedentes y el concepto forman de lo que fue la época dorada de los comics estadounidense. No obstante, más allá de hablar en sentido general, esta entrega es para abordar el desempeño de la editorial Timely Comics, antigua Marvel, durante esa era de gran evolución y desarrollo para el mundo de las historietas y los superhéroes.

¿Cómo Marvel se montó en la época dorada de los comics?.

Se acepta en general que Superman inició la edad dorada de los cómics en junio de 1938 con su debut en Action Comics #1, publicado por lo que ahora se conoce como DC Comics. Siegel y Shuster habían creado un nuevo arquetipo, o quizás sería más preciso describirlo como un nuevo estereotipo.

En 1940, una vez que el género naciente había demostrado que podía hacer que los niños se gastaran millones de monedas de diez céntimos al mes, montones de imitadores catapultaron a hordas de héroes a cuatro tintas por los cielos, todos persiguiendo el oro de la edad dorada.

Martin Goodman, editor de algunos pulps estridentes que surfeaba tendencias, fue uno de los primeros en subirse a la ola de superhéroes, armando un tsunami con su primer número de Marvel Comics en octubre del año 1939.

El contenido provenía de Funnies, Inc., una agencia de libros de cómics que podía producir cómics completos desde el concepto a la forma acabada para editores incipientes que quisieran tener los costes a raya.

Goodman reclutaba a jóvenes inexpertos o gacetilleros derrotados. Incluso, cuando llegó la Segunda Guerra Mundial contrató a mujeres y gente de color, que para aquellos años no era habitual contratarlos.

En cuanto a las técnicas para realizar las historietas, la orden de Goodman era sencilla: dejar los formalismos a un lado.

En el ignorante siglo XX los cómics se consideraban basura semialfabetizada para niños y adultos con problemas mentales: mal escritos, dibujados a toda prisa y espantosamente impresos. Goodman e dijo a Stan Lee que no tenía sentido hacer las historias más literarias o preocuparse por el desarrollo de los personajes.

“Dales mucha acción y no utilices demasiadas palabras”, fueron específicamente las palabras de Lee.

Lo sorprendente es que esa formula produjera obras tan evocadoras y vitales.

El primero superhéroe de Marvel de la época dorada fue la Antorcha Humana. una mancha antropomorfizada de llamas rojas y amarillas tenía una intensidad gráfica que se abría paso ardiendo hasta los ojos de los lectores y personificaba la energía cruda y crujiente de los primeros cómics, antes de ser domesticados.

Luego, crearon personajes como Namor y Sub-Marinero, los cuales tuvieron un éxito modesto. A pesar de que no trascendieron si se mantuvieron vigentes durante esos años. Sin embargo, el verdadero éxito para Timely Comics, llegaría unos años después, con el personaje que sería su emblema y que en la actualidad le sigue dando dividendos a la empresa.

A finales de 1940, algo más de un año antes de Pearl Harbor, cuando los nazis estaban bombardeando Londres, Joe Simon, un emprendedor colaborador freelance de Funnies, Inc., fue contratado por Goodman para que escribiera, dibujara y editara para él directamente.

Simon le enseñó el concepto de portada para un nuevo superhéroe que habían soñado él y Jack Kirby: un héroe vestido como una bandera estadounidense con bíceps gigantes y abdominales de acero había irrumpido en el cuartel general nazi y había noqueado a Hitler con un puñetazo en la mandíbula. Goodman empezó a temblar, consciente del impacto que este libro tendría, y estuvo ansioso hasta que el primer número del Capitán América, que se publicó en marzo de 1941, llegó a los kioscos.

El Capitán América era un póster de reclutamiento: peleaba contra los verdaderos supervillanos nazis mientras Superman seguía luchando contra pistoleros de poca monta, rompehuelgas, caseros avariciosos y Lex Luthor.

No fue raro que el cómic de Simon y Kirby se convirtiera en un éxito enorme, vendiendo casi un millón de ejemplares al mes durante la guerra. Pero no todo el mundo era fan en 1941: según Simon, el German American Bund y America First bombardearon las oficinas del editor con cartas cargadas de odio y llamadas telefónicas obscenas, contra los dibujantes judíos.

Las hipercinéticas figuras de Kirby, con sus músculos hipertrofiados, iban mucho más allá de la anatomía humana. Sus personajes eran belicosos, faltos de humor, pertinaces y airados cuando salían de paneles de contornos dentados y dobles páginas. Su arte estableció el tono de la acción de los superhéroes, no solo durante la guerra, sino para siempre.

El final de la edad de oro de lo comics.

Los que consideran que los superhéroes son el alfa y omega de los cómics sitúan el final de la edad dorada en un momento de la segunda mitad de los años cuarenta, cuando el interés por el género se desvaneció.

Veteranos desencantados, que ya no eran un público impaciente y cautivo, podrían haberse dado cuenta de que no era el Capitán América quien había ganado la guerra. En todo caso, los soldados desmovilizados abandonaron el hábito de los cómics o empezaron a prestar atención a otros géneros.

La sociedad también había cambiado. Culminado el conflicto bélico y ganada la paz, las personas no querían saber más de conflictos entre el bien y el mal. En este sentido, Florecieron los cómics de crímenes, vaqueros, romances, terror y temas bélicos, a menudo con un contenido más maduro, dirigido para lectores de más edad.

Las restricciones a los comics. El Subcomité del Senado de Estados Unidos para la delincuencia juvenil.

Finalmente, el golpe de gracia para la época dorada de la industria de los comics, se produjo en el año 1953, cuando con el fin de investigar a delincuencia juvenil, se crearía el Subcomité del Senado de Estados Unidos para la Delincuencia Juvenil. Esta comisión escucharía las advertencias de Fredric Wertham en su libro La Seducción de los inocentes, donde señalaba que los cómics eran dañinos y eran los causantes de la violencia y depravación juvenil.

William Gaines y otros de los editores de cómics de la época fueron citados a declarar en audiencias públicas. El resultado de esta investigación fue la creación del Comics Code Authority (CCA) cuyo objetivo era censurar diversos temas que podían ocasionar mala conducta entre los lectores. Por ejemplo, se prohibió el uso de la palabra horror, terror en los títulos de las historietas; no se podía dibujar a vampiros, hombres lobos, fantasmas, zombies; estaba prohibido la representación de ilustraciones de excesiva violencia, entre muchas otras cosas.

Si la industria del cómic ya agonizaba, esto terminó por matarla, gracias a la limitación hacia los artista y por consecuencia la baja calidad de las historias, que conllevó a la pérdida de interés de los lectores.