«El engaño es el sino de los tiempos…»

Como mencionamos anteriormente, Doctor Mabuse es una historia creada por José María Beroy y publicada por capítulos en la revista Creepy de Toutain Editor, en 1985 entre los números #72 y #79. Años más tarde, fue recopilada en formato álbum por la misma editorial en Joyas de Creepy #3 (1987).

Contexto de la obra: Sobre la gran urbe de Metrópolis se alza el poder de su líder, Fredersen, pero desde las sombras, un oscuro personaje, el Doctor Mabuse planea derrocarle y hacerse con el poder mediante el engaño, la sugestión, métodos expeditivos y su local, The Models donde si eres alguien importante, tienes asegurado el alcohol, el juego y el sexo, pero también corres el riesgo de pasar a ser una marioneta a las órdenes de este maquiavélico villano.

Si algo es necesario acotar en este punto, es que los nombres rinden homenaje a las películas de Fritz Lang; Metrópolis y Doctor Mabuse (éste último creado por Norbet Jacques en sus novelas). Pero dicho sea, que no es necesario haber visto las películas para disfrutar de la obra, aunque seguramente se le saque más jugo si se han visto.

Sin embargo, también queda en evidencia que la historia no se queda en un simple homenaje, sino que Doctor Mabuse se convirtió en una historia interesante centrada en el absoluto dominio que tiene el personaje sobre el resto de individuos de Metrópolis.

20200506_151338

 

Asimismo, Doctor Mabuse transmite una sensación de desasosiego, de estar jugando a un juego con las reglas de otro. La historia, no ha sido catalogada entre las mejores, pero sin duda se mantiene como unda de las más recomendadas. En cuanto a la narración por capítulos, podría llegar a decirse que a veces sufre de una falta de conexión y, a excepción de Mabuse, los personajes quedan un poco planos.

No obstante, es un cómic bastante recomendable para aquellos aficionados al expresionismo cinematográfico alemán de las películas anteriormente citadas. Además, al leer la obra, es imposible evitar tener la sensación de estar leyendo algo que trata de ser rompedor, casi vanguardista, y el potente final deja un exactamente el sabor que tiene que dejar esta obra.

Así que, finalmente, Doctor Mabuse es un trabajo con una calidad enorme como ópera prima del autor, con un gran mérito a la obra de presentar un mundo y un personaje, pero que no tiene tanta fuerza a la hora de conducir la trama.

Screenshot_20200506-150330_CamScanner

En relación al Apartado Gráfico de Doctor Mabuse

En este sentido también deberíamos decir que el punto fuerte de la obra es el dibujo de Beroy. Si bien es cierto que puliría su estilo todavía más en sus siguientes obras, aquí ya estábamos ante un artista con todas las letras, que sin aplicar color, consigue definir perfectamente el mundo en el que transcurre su historia.

Si analizamos más a fondo a los personajes, se podríaacotar que, en cuanto estética, fue un paso más allá de acuerdo a la época; los tupés, los rizos en el pelo, la gravedad de los peinados… acompañando el ambiente elevado en el que se hayan. La narración es solvente, con buenos recursos para darle dinamismo a la acción y la diferenciación de personajes no deja lugar a dudas.

Dentro de la historia también destaca el dibujo de Beroy, ya que es en la arquitectura muy particular; la habilidad con la que crea un mundo totalmente art decó y precioso, que recordará mucho a lo visto en Terminal City, pero que aquí es limpio, pulcro y triunfal, alejado de la decadencia mostrada en la obra de Dean Motter y Michael Lark.

De hecho, lo más sorprendente de todo es, que pese a que los coches que vemos y la mayoría de tecnología (exceptuando algún robot) son de principios del siglo XX, la sensación es de que estamos en el futuro, y lo consigue simplemente con edificios, objetos, enfoques y mucho art decó.

Ediciones del cómic

No cabe dudas de que, para leer Doctor Mabuse, se puede recurrir a las revistas Creepy donde fue publicada o al álbum posterior, pero también existe la posibilidad del recopilatorio Onírica, publicado por Glénat.

En sí, este volumen, contiene cuatro de los primeros trabajos de José María Beroy; Doctor Mabuse, 666/999, Ajeno y La Enfermedad del Sueño, además de una selección de extras con portadas y procesos creativos muy interesantes.

Asimismo, el tomo es en formato reducido y con encuadernación en cartoné, muy manejable y sólido. Tristemente, tiene un fallo menor, y es que la página 171 está duplicada, omitiendo la 172; quitando esto, la edición resulta ser muy acertada, y una forma perfecta de conocer parte de la obra de un autor tan especial como Beroy.