Historia de Facebook: Parte 7

CONOCE LA HISTORIA DE FACEBOOK. PARTE 7 

 

YA HEMOS DICHO QUE FACEBOOK REVOLUCIONÓ AL MUNDO DEL INTERNET Y A LAS SOCIEDADES MUNDIALES. LAS PERSONAS PUDIERON ENCONTRAR EN UN SOLO SITIO WEB UNA HERRAMIENTO DE COMUNICACIÓN, ENTRETENIMINTO Y RELACIONAMIENTO SOCIAL, DERRIBANDO LAS BARRERAS DE TIEMPO Y ESPACIO. EN EL ARTÍCULO ANTERIOR ABORDAMOS EL IMPACTO SOCIAL QUE HA SIGNIFICADO FACEBOOK DESDE EL ÁMBITO COMUNICACIONAL, PSICOLÓGICO Y SOCIAL. AHORA FACEBOOK QUIERE CREAR NUEVOS PARADIGMAS CON UN PROYECTO INNOVADOR. PARA MUCHOS EXPERTOS SE TRATA DE LA NUEVA INTERNET. ESTAMOS HABLANDO DEL FAMOSO METAVERSO, EL PROYECTO QUE MARK ZUCKERBEG LO ESTÁ APOSTANDO TODO.

Es probable que en los últimos meses ya hayan escuchado sobre los planes de Facebook de crear un nuevo proyecto llamado Metaverso. De hecho, no es casualidad que que la compañía haya cambiado su nombre a “Meta”.

Una de las primeras ideas de un metaverso lo estableció el autor Neil Stephenson, pero en ese momento solo era algo ciencia ficción. No obstante, todas las herramientas tecnológicas de la actualidad aparecieron en años anteriores en películas como “Viaje a las Estrellas” o comiquitas como “Los Supersónicos” de manera de ciencia ficción. Hacer videollamadas o que todo esté centralizado en un reloj parecían cosas de un futuro que nunca llegaría. Ahora está pasando lo mismo con el metaverso.

Un metaverso, es de manera resumida, un espacio virtual y colectivo en el que se recrean determinados entornos en los que las personas pueden interactuar entre sí, realizar múltiples actividades y, además, eludir las limitaciones impuestas por el mundo real en todos los sentidos: desde las leyes de la física hasta las que prohíben que puedas cometer un homicidio. Los únicos límites dentro de un metaverso, además de la carencia de respuestas sensoriales a lo que estamos haciendo, son las marcadas por su creador.

En este sentido, hay que imaginarnos desde ya, ponernos un visor de realidad virtual y poder acceder a una plataforma así. O, si quieres un ejemplo del metaverso en el cine, no tienes más que ver Ready Player One, de Steven Spielberg. O en USS Callister, un hilarante y muy acertado episodio de Black Mirror. Lo que Facebook se está planteando crear es algo similar, un espacio virtual en el que interactuar entre nosotros, con terceras personas, con comercios, asistir a espectáculos, jugar, etcétera.

Una definición de metaverso.

 

El metaverso es un concepto de un espacio virtual 3D en línea que conecta a los usuarios en todos los aspectos de sus vidas. Conectaría múltiples plataformas, similar a Internet que contiene diferentes sitios web accesibles a través de un solo navegador.

El metaverso estará impulsado por la realidad aumentada, y cada usuario controlará un personaje o avatar. Por ejemplo, puedes tomar una reunión de realidad mixta con un visor de realidad virtual Oculus en tu oficina virtual, terminar el trabajo y relajarte en un juego basado en blockchain, luego administrar tu portafolio cripto y finanzas todo dentro del metaverso.

Ya puedes ver algunos aspectos del metaverso en los mundos de videojuegos virtuales existentes. Juegos como Second Life y Fortnite o herramientas de socialización laboral como Gather.town reúnen múltiples elementos de nuestras vidas en mundos en línea. Si bien estas aplicaciones no son el metaverso, son algo similares. El metaverso sigue aún sin existir.

Además de admitir juegos o redes sociales, el metaverso combinará economías, identidad digital, gobernanza descentralizada y otras aplicaciones. Incluso hoy en día, la creación de usuarios y la propiedad de artículos valiosos y monedas ayudan a desarrollar un metaverso único y unido. Todas estas características brindan a la blockchain el potencial para impulsar esta tecnología futura.

¿Qué busca Facebook con un metaverso?

Ya sabemos lo que es un metaverso y podemos imaginarnos cómo podría funcionar. Ahora, la pregunta clave es por qué Facebook quiere crear su propio metaverso.

Una de las repuesta  estas preguntas, es que más allá del gran número de usuarios que ostenta Facebook, que alcanza hasta los miles de millones en todo el mundo, se trata de un servicio cada vez menos atractivo para los usuarios, especialmente para los más jóvenes.

Cada día es más evidente que si quiere sobrevivir, Facebook debe reinventarse de alguna manera, y el proyecto de crear un metaverso resulta, al menos en primera instancia, de lo más llamativo.

Y hay un elemento clave, y es que en cierta medida Facebook ya es, por así decirlo, la estructura básica para crear un metaverso: cuenta con los usuarios, con las relaciones establecidas entre los mismos, con los intereses de cada uno de ellos y con espacios dedicados a dichos intereses. Para crear un metaverso, lo único que tiene que hacer, que no es nada sencillo, es llevar todos estos elementos a un espacio virtual, en el que sea posible desde reunirte con los antiguos compañeros del colegio hasta comprar en una tienda online, pasando por asistir a un concierto.

Dicho así puede sonar sencillo, pero en realidad el camino que va del dicho al hecho es, en este caso, enorme. Zuckerberg sabe, y así lo afirma, que convertir Facebook en un metaverso es un desafío singularmente complejo, y que puede tomar muchos años llegar a desarrollar algo así. Sin embargo, el simple hecho de que  hable de ello, como ya ha hecho, debería ponernos sobre la pista de que Facebook ya lleva algún tiempo trabajando en ello, y que deben haber concluido que es técnicamente factible.

Consideraciones éticas de un metaverso.

 

Desde una aproximación teórica, a la falta de conocer detalles concretos sobre los planes de Facebook, la idea resulta interesante. Del mismo modo que, en sus orígenes, Facebook se convirtió en un punto de encuentro con un montón de posibilidades, la creación de un metaverso que reproduzca la estructura de la red social puede suponer un gran paso en ese sentido, facilitando aún más las interacciones sociales de todo tipo.

Sé que no es lo mismo hablar con un amigo a través de Internet que hacerlo en persona y con un café o una cerveza entre medias. Pero también sé que, en muchas ocasiones, las circunstancias impiden que esos encuentros en el mundo real se puedan llevar a cabo, y esto es lo que me hace contemplar una propuesta como el metaverso de Facebook como una opción a tener en cuenta.

Muchos no querrán celebrar la cena de nochevieja con los míos en el metaverso, pero sí poder quedar con muchos amigos que pudieran estar distantes para tomar un café.

Hay otros factores, tanto a favor como en contra, tantos que pueden dar lugar a un debate de lo más interesante. De momento hablar de ello es como hacerlo sobre la primera misión tripulada a Marte: hay muchas posibilidades de que ocurra, pero todavía tendremos que esperar unos cuantos años para ello.

No obstante, es buena idea empezar a pensar en ello, pues puede que esa reinvención de Facebook nos fuerce a replantarnos, muy seriamente, nuestra relación con las redes, con las personas y con nuestros entornos. Quizá Ready Player One deje de ser ciencia ficción en unas décadas.

Conclusiones.

 

Zuckerberg aseguró en una entrevista que desde que era un estudiante pensaba en crear un sistema inmersivo. Y en este universo las personas podrían sentirse como si estuvieran juntas, jugando y explorando, pese a no estar cerca físicamente.

Facebook ha reconocido que no puede construir solo ese espacio, por lo que ha anunciado una inversión de USD 50 millones para colaborar con otras empresas y académicos que le ayuden a erigir este espacio “de forma responsable”.

 La red social estima que muchos de los productos que compondrán el “metaverso” no estarán disponibles hasta dentro de 10 o 15 años. Por ello necesita “ingenieros altamente especializados” que buscará en Europa.

 Uno de los aspectos negativos es que Zuckerberg en su vídeo de presentación, y todo el aparato promocional del metaverso, reincide en esa infantilización pudorosísima con la que, en fin, vienen desarrollando sus espantosos delitos contra la intimidad de miles de millones de personas a través de las llamadas redes sociales en lo que llevamos de siglo

 O sea, Facebook quiere hacerte creer que se ha gastado 18.500 millones de dólares para que puedas felicitar el cumpleaños a tu abuelo, que vive en un pueblo de Cuenca.

Zuckerberg trata de convencernos de que hay algo fascinante en poder reunirse con tus compañeros de trabajo sin salir de tu casa, y sentir que esa reunión es real, por el modo de moverse de tu avatar y de los avatares de tu jefe y de tus amigos, y por el olor a café que despide una cafetera de mentira sobre una mesa de mentira en una oficina soleada de mentira en, pongamos, Valencia un día de mayo aunque sea diciembre.

Lo que oculta el metaverso como versión fantasmática de la realidad es que nadie querrá entrar en él para duplicar sus problemas, sus complejos y sus sufrimientos. Querremos entrar para librarnos de ellos, naturalmente.

Visto así, Metaverso creará un mundo ideal donde, en definitiva, todos seamos de raza aria, siendo ‘aria’ lo que esté de moda en cada momento: a veces ser negro, a veces asiático, tener el trasero grandeso pequeño, barba o bigote.

Esto nos hace preguntarnos: ¿Es el metaverso la gran mentira del futuro?

 

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