ACTIVISION BLIZZARD: ESTRATEGIAS DE NEGOCIO 2

CONOCE LAS ESTRATEGIAS DE NEGOCIO DE ACTIVISION BLIZZARD 2

 

COMO HEMOS DESTACADO EN ARTÍCULOS ANTERIORES, NO PODEMOS AHONDAR EN LAS ESTRATEGIAS DE NEGOCIOS QUE SIGUEN APLICANDO EN LA ACTUALIDAD SIN ENTENDER LOS JUEGOS QUE AYUDARON A QUE ESTA ALIANZA SE FORTALEZCA Y, MEJOR AÚN, QUE INCLUSO MOTIVARON DE ALGUNA FORMA A MICROSOFT PARA NEGOCIAR LA COMPRA DE LA COMPAÑÍA.

 

Mejores juegos de Blizzard, el estudio que revolucionó el PC.

 

Starcraft II: Wings of Liberty (2010).

 

En este juego sucede algo similar al caso de Diablo III, los fans de Starcraft tuvieron que esperar doce años para ver cómo Blizzard daba continuidad a la saga con gráficos poligonales. Pero a diferencia de Diablo III, Starcraft II sí convenció a la mayoría, al menos cuando se trataba de la jugabilidad.

Ahora, si ahondamos sobre la narrativa, podríamos decir que fue un punto algo más contencioso, dado que a pesar de la mejorada puesta en escena, el ocasional melodrama quedaba más expuesto ante los valores de producción hollywoodenses. Starcraft II no podía ser solo un gran juego de estrategia en tiempo real, también tenía que ser épico. Apabullante. Tanto que no bastaba un juego y se planteó como una trilogía.

Asimismo, Wings of Liberty fue la primera parte de dicha trilogía, pero no una pequeña o incompleta a pesar de ello. Sí era quizá algo más breve que el Starcraft original, pero su campaña estaba formada por misiones minuciosamente diseñadas para sacar partido a una base más refinada que revolucionada.

Incluso hay que destacar que no solo funcionaba como privilegiado tutorial para introducir las posibilidades tácticas del multijugador, era un fin en sí mismo, un modo más denso y elaborado, con más variables a las que adaptarse. Por otro lado, aunque para muchos Brood War se mantuvo como el gran referente competitivo, las ligas de su multijugador también acertaron a la hora de organizar a los usuarios por habilidad y ofrecer una experiencia Starcraft a la altura.

Expansión destacada: Legacy of the Void (2015)

Este juego sin duda puso a Blizzard en un nivel muy alto, y es que más allá de algunas excepciones, la campaña de Wings of Liberty se había centrado en la raza Terran, dejando las posibilidades avanzadas de los Zerg y los Protoss para el multijugador.

Esto permitió que en 2013, Heart of the Swarm pusiera el foco en los Zerg; y luego en 2015, Legacy of the Void hizo lo propio con los Protoss.

Esta especialización permitió ahondar más en las características y temas de cada especie, y Legacy of the Void, además, sirvió como conclusión satisfactoria no solo para la trilogía, sino para Starcraft como saga.

Starcraft (1998)

Podría llegar a decirse incluso que cuando se trata de una vida competitiva larga, pocos juegos en el medio se pueden codear con el primer Starcraft. Siguiendo al éxito de Warcraft II, Blizzard no se conformó con hacer la siguiente secuela e intentó renovar la fórmula en el espacio: Aliens en vez de orcos.

Sin embargo, el primer prototipo —presentado ya en el E3 de 1996— no llamó la atención del público, así que el estudio decidió sacudirlo más a fondo: cambió los sprites planos y la vista superior por gráficos prerrenderizados y una perspectiva isométrica que daban más profundidad visual a la acción. Aunque para profundidad, la conseguida al aumentar a tres el número de razas enfrentadas.

De esta forma fue que nacieron los Terran, los Zerg y los Protoss, especies que protagonizaban sus propias campañas sin necesidad de esperar a expansiones. Estas seguían un estricto orden secuencial y, aunque en retrospectiva resultan más sencillas que las de Starcraft II, eran completamente diferentes entre sí, escalaban la narrativa unas encimas de otras, y servían como punto de entrada para un metagame complejo donde las unidades, estructuras y dinámicas de cada raza creaban un multijugador antológico, profundo, sin rival en su época.

No solo se convirtió en el nuevo gran abanderado de los RTS, también en uno de los deportes electrónicos más populares.

 

Diablo III (2012)

Este es uno de los juegos de Blizzard que supuso una decepción para muchos fans y es que tras doce años de espera, sin el equipo original al timón, la tercera entrega tenía expectativas casi imposibles que cumplir; sin embargo, hay que decir que, la fricción surgió de su disposición a cambiar cosas que funcionaban.

Pero… ¿A qué se refiere específicamente? Nos referimos a que la dirección artística era más colorida, como si se tratase de un spin-off de World of Warcraft; el desarrollo era más lineal, por ejemplo, se simplificaron o eliminaron mecánicas de Diablo II; el looteo reducía la aparición de botines realmente útiles para dar valor a una subasta de objetos con dinero real; y la necesidad de conectarse a Internet incluso para jugar en solitario también generó bastante molestar.

Dicho eso, todavía era muy bueno en lo esencial: ese bucle de matanzas y recompensas que motivaban a los jugadores a más escenas violentas. El salto pleno a las tres dimensiones sirvió para dar otro empaque al mundo y los combates, multitudinarios y fluidos, todavía eran muy adictivos siempre que nos convenciese el nuevo estilo.

Incluso se podría decir que no tiene ese aroma a clásico del primer Diablo, pero ofrece una experiencia más completa y accesible que el original. Sin altibajos pronunciados en la dificultad y con una variedad mucho mayor de localizaciones y enemigos. Decepcionante o no, Diablo III sigue siendo uno de los mejores hack and slash de la década pasada.

Expansión destacada: Reaper of Souls (2014)

En este caso específico, abrimos la primera tangente hacia una expansión porque, si bien el proceso de actualización de Diablo III ha sido muy gradual, con multitud de actualizaciones antes y después del propio Reaper of Souls, este lanzamiento reforzó considerablemente el título gracias a un acto nuevo, menos lineal -de alguna forma- y más tenebroso (el mejor del juego), así como el estreno del modo aventura.

Bajo esta modalidad se prescindía de cualquier amago de historia —más guiada y rimbombante que las de entregas previas en el juego base— y nos lanzaba a misiones sueltas para disfrutar de desafíos en dosis cortas. Su sistema de recompensas también se ajustó y se eliminó la infame casa de subastas.

Hay que decir que, aunque para muchos seguía sin ser el Diablo III soñado, Reaper of Souls logró subir el listón.

Warcraft II: Tides of Darkness (1995)

Otro punto importante a destacar sobre uno de los juegos más relevante de la compañía es que, así como toda saga tiene un inicio, el de Warcraft, naturalmente, es Wacraft: Orcs & Humans, la entrega original de 1994.

Eso sí, ese meritorio juego original fue tan rápido sucedido como superado. Lanzado ya al año siguiente, Tides of Darkness refinó un concepto con potencial y estableció a Blizzard como el gran referente de los RTS (Real Time Strategy), eclipsando también en cierta medida al genial Command & Conquer —otro lanzamiento ilustre de 1995 para el género—. Warcraft II agilizó la interfaz gracias a un uso más versátil del ratón; mejoró las rutinas de las unidades, antaño más torpes y limitadas; y añadió batallas aéreas y navales, además de ofrecer un contexto narrativo más elaborado para las escaramuzas.

Asimismo, es necesario decir que, aunque su antecesor ya había dispuesto de dos campañas, una para los humanos y otra para los orcos, Tides of Darkness II disfrutó de una escala más épica gracias a sus secuencias, el mayor tamaño de los mapas y también el mayor número —y variedad— de unidades en cada combate.

Todo lo mencionado anteriormente, es algo que, por supuesto, también benefició al multijugador, esta vez habilitado para ocho usuarios en vez de solo dos. Entre eso, el editor de mapas, algunas expansiones y el relanzamiento en 1999 para beneficiarse del online de Battle.net, Warcraft II logró mantenerse vigente durante años y paliar la espera por la tan inevitable como tardía tercera entrega.

Overwatch (2016)

Así como hemos mencionado juegos clásicos que surgieron para atrapar al mercado, también debemos decir que el juego más reciente es de la misma forma uno de los más atípicos de la lista, tanto por no entroncar en ninguna de las sagas antes establecidas como por internarse en un género nuevo para Blizzard, los FPS.

Su origen en realidad se remonta a un intento frustrado de arrancar otro MMO bajo el liderazgo de Jeff Kaplan, diseñador clave desde WoW vanilla hasta Wrath of the Lich King; pero tras el fracaso inicial, los conceptos de personajes se reacomodaron en otro entorno, más en línea con Team Fortress 2.

Con esa nueva visión en mente, Overwatch prescindió de cualquier tipo de campaña y dedicó todos sus esfuerzos a ser el mejor shooter por equipos posible. Y durante bastante tiempo, pocos tuvieron dudas de que lo consiguió.

La habilidad de Blizzard creando secuencias CG se puso al servicio del universo y sus protagonistas, con diseños, personalidades y habilidades cambiaban de forma significativa la experiencia de juego, ponían énfasis en la necesidad de colaborar (adoptar roles de ataque, tanque o apoyo) para cumplir objetivos que no se limitaban a sumar más bajas que el equipo rival. 

Ahora… ¿Por qué es tan importante hablar de los juegos cuando ahondamos sobre las estrategias? La respuesta es simple: Cada uno de ellos sirvió para motivar a microsoft a hacer una oferta de 68,7 mil millones de dólares, el pasado 18 de enero de 2022, con la intención de formar parte de Xbox Game Studios, incluso aún se espera que la compra cese antes del 30 de junio de este año 2023.

 

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