CONOCE LA PROTECCI\u00d3N DEL SOFTWARE\u00a0 <\/strong>DESDE LA PERSPECTIVA DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL.<\/strong><\/h3>\n

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Como cualquier persona m\u00e1s o menos vinculada al mundo del software sabe, alrededor de \u00e9ste existen siempre numerosas creencias e inc\u00f3gnitas acerca de las medidas a llevar a cabo para protegerlo. Se trata de una materia compleja que une dos sectores completamente dispares, el de la inform\u00e1tica y el jur\u00eddico, ambos alejados entre s\u00ed y poco comprensibles para quien no sea especialmente experto en alguno de ellos.<\/p>\n

Por supuesto, esta situaci\u00f3n ocurre en campos de toda \u00edndole; sin embargo, dado el mundo absolutamente tecnol\u00f3gico en el que vivimos, el software se erige en la actualidad como uno de los activos intangibles m\u00e1s importantes de nuestra \u00e9poca<\/strong><\/a>.<\/p>\n

Lo m\u00e1s normal, para cualquier usuario habitual de este sector (ya hablemos de un empresario, un programador, un investigador, o incluso, para el consumidor final), es que su mente le lleve directamente a la figura de \u201cla patente\u201d, pues es el m\u00e9todo de protecci\u00f3n que m\u00e1s interiorizado est\u00e1 en el conocimiento general de la poblaci\u00f3n.<\/p>\n

Sin embargo, en materia de software, esto es algo m\u00e1s complejo y, lo que debemos saber, en primer lugar, es que su protecci\u00f3n por medio de una patente se plantea, inicialmente, complicada<\/strong>; siendo que el foco lo debemos poner, por el contrario, en los derechos de autor.<\/p>\n

Esto no quiere decir, por supuesto, que no existan otras figuras jur\u00eddicas importantes a la hora de tratar de proteger nuestro software y, sobre todo el producto final en que \u00e9ste se traduce (marcas, dise\u00f1os industriales, secretos empresariales, incluso, en determinados casos, patentes) pero s\u00ed es el punto primordial del que se debe partir: el software es objeto de protecci\u00f3n a trav\u00e9s de la Propiedad intelectual. <\/strong><\/p>\n

As\u00ed, la mayor\u00eda de legislaciones europeas regulan el software como si de una obra m\u00e1s se tratara, como una suerte de obra literaria<\/em>, cuyo contenido, cuya expresi\u00f3n, debe ser protegida bajo el concepto de \u201ccreaci\u00f3n original<\/em> intelectual\u201d; de tal manera que la primera infracci\u00f3n que se tendr\u00eda que venir a la mente cuando se trata de software ser\u00eda el plagio<\/em>.<\/p>\n